La decisión de pedir ayuda no siempre es fácil, sobre todo porque a veces pensamos que significa reconocer un fracaso o la debilidad.
Pedirle ayuda a un psicólogo es aún más complicado porque se le suman los estereotipos que existen sobre la salud mental. Sin embargo, lo cierto es que pedir ayuda es un acto de coraje y madurez.
Aún así, normalmente la decisión de acudir al psicólogo es un proceso en el cual la persona va tomando conciencia de su estado y su malestar, se da cuenta de que el paso del tiempo no es el bálsamo que esperaba y comprende que necesita apoyo para lidiar con esa situación.
De la misma manera en que no tiene sentido soportar un dolor de muelas, tampoco tiene sentido aguantar el dolor emocional.
Es importante que comprendas que no siempre tienes que enfrentar todo tú solo.
En muchos casos, el paso del tiempo no es bálsamo suficiente y no sirve para curar la herida sino tan solo para añadir capas de resentimiento, odio y frustración.
De hecho, considera que las emociones reprimidas, antes o después salen a la luz. Los sentimientos y los traumas que no se expresan, terminan acumulándose en el inconsciente y, cuando se conjugan ciertas condiciones, explotan.
En otros casos se traducen día tras día en patrones de pensamientos y comportamientos negativos que constituyen un obstáculo para tu felicidad y dañan tus relaciones interpersonales.
El psicólogo no resuelve los problemas, te ayuda a encontrar la solución
7 Buenas razones para ir al psicólogo
Aunque hay muchas más razones para ir al psicólogo o que pueden llevarte a solicitar la ayuda de un profesional, vamos a ver 7 de ellas.
Tener un espacio solo para ti.
Muchas personas anteponen las necesidades de los demás a las suyas, ya sea porque se trata de sus hijos, los padres o la pareja.
Sin embargo, relegarse siempre a un segundo plano pasa una gran factura desde el punto de vista emocional que puede generar sentimientos de soledad y vacío, a pesar de que estés rodeado de gente.
Acudir al psicólogo es una manera para cuidarte y dedicarte atención, es como ir a un spa o darse un masaje, es un mensaje que te envías a través del cual te dices que te preocupas por ti y que eres importante.
En la consulta tendrás tiempo solo para ti, para hablar de tus problemas, preocupaciones y/o sueños.
Comprender realmente qué te sucede.
A veces las emociones toman el mando y nos impiden pensar con claridad, nos bloquean o nos impulsan a tomar decisiones que en otros momentos no habríamos siquiera considerado. En esos momentos podemos sentirnos confundidos, perdemos la brújula.
Un psicólogo puede ayudarte a encontrar el camino y buscar explicaciones a lo que te pasa.
De hecho, muchas personas se sienten aliviadas automáticamente cuando encuentran una explicación a los síntomas que han venido experimentando, es como si todo cobrará sentido y les resulta más fácil aceptarlo.
Hablar de tus preocupaciones te ayuda concienciar muchos detalles que habías pasado por alto.
Hablar clarifica tu mente, te hace dueño de tus sentimientos, te alivia y te permite tomar mejores decisiones.
En definitiva no saber qué es lo que te sucede es una buena razón para ir al psicólogo.
Ser escuchado sin que te juzguen.
El psicólogo te escuchará sin realizar juicios de valor, sin aplicar estereotipos ni etiquetas.
Una sesión de terapia es un espacio en el que puedes hablar de todo sin temor a ser juzgado o criticado.
De hecho, aunque no somos plenamente conscientes de ello, de vez en cuando necesitamos una dosis de aceptación incondicional que nos permita reequilibrar nuestra autoestima.
El psicólogo no solo escuchará tus problemas sino que le prestará atención a tu lenguaje extraverbal y a tus emociones, no te examinará para evaluarte en términos de “bueno o malo” sino que intentará comprenderte y explicarte qué es lo que te está pasando para poder ayudarte.
Obtener un punto de vista más global y objetivo.
El psicólogo no va a opinar sobre tus valores o experiencias catalogándolas como “justas o erróneas”, tan solo te brindará un punto de vista profesional sobre lo que está sucediendo.
Te ayudará a buscar una explicación, para que comprendas qué te sucede y puedas encontrar la mejor solución para ti.
Como este profesional no está involucrado emocionalmente en la situación, podrá brindarte una perspectiva más amplia y objetiva sobre el problema. De esta forma, podrás tomar conciencia de los factores que te impiden avanzar y te hacen sentir mal y modificarlos.
Conocerte mejor y comprender a las personas.
La psicoterapia no solo te permitirá conocerte mejor sino que también te ayudará a comprender mejor a las otras personas.
A medida que profundizas en tus sentimientos, puedes ser más empático con los demás y entender los motivos de sus comportamientos.
De hecho, cuando tenemos pensamientos negativos y no los procesamos, estos se convierten en una madeja de suposiciones que nos impide ver el mundo tal cual es.
Cuando logras apartar esas expectativas ilusorias y creencias irreales, no solo te conoces mejor sino que puedes comprender con mayor facilidad las intenciones y motivos de los demás.
Aprender a gestionar tus emociones, pensamientos y comportamientos.
La Psicología es una ciencia basada en años de experimentación y estudios científicos, con un arsenal de técnicas destinadas a aliviar determinados síntomas o ayudarte a conseguir tus metas.
Un psicólogo te ayudará a identificar y cambiar los pensamientos disfuncionales que te hacen sentir mal, te enseñará a gestionar mejor tus emociones y a eliminar los hábitos negativos, poniendo en su lugar hábitos más saludables.
Vale aclarar que el psicólogo no tiene una varita mágica para resolver todos tus problemas, pero te brindará técnicas y estrategias que puedes poner en práctica para que tú mismo puedas solucionar esos conflictos.
Desarrollar habilidades de solución de conflictos.
Los conflictos forman parte de la vida cotidiana, así como los problemas.
Por eso, los psicofármacos no son una solución definitiva sino tan solo un parche en una herida que continuará sangrando.
Al contrario, la psicoterapia te ofrece herramientas útiles que no solo te permitirán resolver los problemas actuales sino también los que puedan aparecer en el futuro.
La psicoterapia está orientada a desarrollar habilidades que te permita lidiar con el día a día, reconociendo en primer lugar tus emociones y creencias erróneas y, en segundo lugar, reflexionando sobre ellas y cambiándolas.
Y es que la Psicología no solo tiene un carácter curativo sino también preventivo.
De hecho, no solo se acude al psicólogo cuando te sientes mal y sientes que la situación te desborda.
También es una buena razón para ir al psicólogo cuando deseas tomar una decisión importante en tu vida, para profundizar en tus necesidades y tener una visión más clara de la vida que deseas.
La Psicología también puede ayudarte a darle un vuelco a tu vida, a conseguir tus metas, a mejorar tus relaciones de pareja o simplemente a tener mayor autoestima y confianza en ti mismo.
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